jueves, 28 de abril de 2011

Greguerías 40

  • Hemos agregado tantas adherencias a nuestras vidas que lo natural ha pasado más que a segundo, a último plano.
  • Nos hemos puesto tantas etiquetas, que hemos olvidado nuestro propio nombre.
  • No se puede aprobar una sociedad que admite como natural la guerra, el hambre y la posesión desorbitada de bienes por parte de  unos pocos, y la pobreza de los demás.
  • Es tal la avaricia de algunos que, si pudieran controlar el sol, querrían hacerlo de su propiedad.
  • En muchas cofradías andaluzas de semana santa se imponen los sentimientos a cualquier otra forma de comportamiento.
  • Si analizamos un poco el comportamiento del hombre actual comprobamos que a veces quiere, a la vez, una cosa y su contraria.
  • No se puede conseguir un objetivo sin poner los medios necesarios para lograrlo.
  • Hay quien se aferra a vivir de sus ideas aunque éstas le engañen.
  • El odio no puede ser ideario de nadie.
  • Hay que distinguir, claramente, entre lo legal y lo justo.
  • No sólo hay leyes injustas en las dictaduras, también las hay en las democracias.
  • Sin viernes santo no hay domingo de resurrección.
  • El sentimiento es el clima de la semana santa andaluza.
  • El que mucho habla parece pensar que los demás son mudos y sólo tienen oídos.
  • Si metemos en una redoma al Franco, demonio, de los de izquierdas, y al Franco, ángel, de los de derechas, y agitamos, nos sale el Franco real histórico.
  • Todos los partidos políticos quieren ser dios, y hacer a los hombres a su imagen y semejanza.
  • Desde que se inventó la comida de plástico, hemos abandonado el cultivo de la tierra.
  • Tiene tanta fuerza la tradición que, aunque en muchos casos consideramos que es irracional, seguimos admitiéndola.
  • Vivimos caminando por algunas sendas, aunque a veces éstas no nos lleven a ninguna parte.
  • El hombre no ha de estar sometido a otro hombre, sino a la razón.