miércoles, 4 de septiembre de 2013

No tiene dueño el amor

No tiene dueño el amor,
aunque se entregue de lleno,
es ave que no tolera
los barrotes de un encierro.

Libre vuela acompañado
por la tierra y por los cielos,
y se posa donde quiere,
aunque tenga compañero.

No se entrega como esclavo,
sin libertad ni derechos,
pues comparte y magnifica
la plenitud del aprecio.

Su proceder generoso,
sus atenciones y anhelos
ensanchan los horizontes
y multiplican los retos.

Se da a quien quiere en la vida:
al poderoso altanero,
al aldeano sencillo
y al nacional y extranjero.