miércoles, 12 de diciembre de 2012

Persecución del castellano

El Sr. Durán es un maestro en tergiversar las palabras, y sobre todo las intenciones, con tal de amontonar metralla para dispararla contra los enemigos que él mismo se crea, que son todos aquellos  que no comulgan con sus formas de pensar y de actuar.

El otro día afirmaba, con un descaro rayano en la mentira, que la nueva ley de enseñanza era el ataque mayor que ha recibido la lengua catalana desde los tiempos de Franco. Y todo esto viene a cuento porque la nueva ley, y ya era hora, renueva a los padres que lo soliciten, el derecho de que sus hijos, en la enseñanza pública catalana, sean escolarizados en castellano, equiparando en este sentido ambas lenguas. Doctrina que ha sido ratificada por el Tribunal Supremo y por el Constitucional, y que los separatistas catalanes se la pasan por el arco del triunfo, como sucede con toda ley o sentencia que no es de su agrado.

El Sr. Durán recuerda con frecuencia a Franco, y es que para que no se olviden sus formas, él y los suyos han tomado su relevo, en lo que toca a perseguir lenguas, pero al revés, ahora son ellos los que persiguen a sangre y fuego a los que no hablan catalán, eliminando de toda clase de enseñanza la bellísima lengua de Cervantes y de más de 450 millones de personas, que la hablan.

Sr. Durán las lenguas no son sujetos de derecho, los sujetos de derecho son las personas, y las personas que viven en Cataluña, tienen el derecho a usar y expresarse en las dos lenguas o en la que quiera cada uno.La enseñanza en castellano es un derecho de los padres y alumnos, y Vds. no son nadie para quitárselo, en un país democrático, pero para defender sus ideas se están portando, en muchos campos, como auténticos dictadores. Ahora Vds. son los Francos.

Decir que se le ataca al catalán porque se defienda el derecho de los ciudadanos que quieran escolarizarse en castellano, es puramente una mentira, y como toda mentira, mal intencionada, con la mala l.... de querer exacerbar los ánimos de los ciudadanos catalanes contra la nueva ley. Sr. Durán, no es este el camino para vivir en paz y progreso, no es la mentira y el fanatismo las dignas armas de un gobernante. Cuando una causa se defiende negando los derechos a los demás, ésta causa llega a hacerse odiosa, el camino justo es el de reconocer a cada uno sus derechos.