sábado, 11 de junio de 2011

Las contradicciones de Coalición Canaria.

¿Quizá sea mucho exigirles a los políticos que usen la lógica? Pero es que si a esta señora la desterramos de la vida pública, no nos extrañará que caigamos en un Babel, donde nadie se entienda. Ya estamos acostumbrados, por desgracia, a que la vida política la rija el interés particular o de grupo y no las razones.

CC se arroga la propiedad, en exclusiva, de ser ciudadano canario, los demás partidos son extracanarios, aunque hayan nacido y vivan en las islas, o mas bien los consideran canarios de segunda categoría. Esta concepción es un infantilismo impropio de personas maduras.

Uno de los argumentos con que CC ataca a los partidos estatales es que se deben a la disciplina de un partido nacional y que deben cumplir las directrices de sus mandos. Argumento falaz donde los haya, porque más beneficios se obtendrán para las islas si el gobierno autonómico y el central lo desempeña un mismo partido, y no hay que romperse mucho la cabeza para ver estas ventajas.

Por otra parte, el gobierno de CC no tiene empacho en entregarse al gobierno de turno a cambio de unas promesas, que unas veces se cumplen y otras veces pasan al terreno del olvido. Esta práctica de mercadeo de votos del ciudadano, cambiando la intención de los votantes, es una tergiversación espúrea del sentido del voto.

En el caso de los recortes en los sueldos de los funcionarios y la congelación de las pensiones, no creo que las promesas que le haya hecho el gobierno central lleguen a compensar la cantidad de dinero que dejará de entrar en las islas, a través de las nóminas y las pensiones. Pero claro, este dinero  sería para los ciudadanos y el otro para poder disponer de él los políticos, éste si se cuenta, el otro no.

Como estos señores identifican a Canarias consigo mismos y sus propios intereses, no tienen en cuenta cuando los intereses que están en juego son los de los ciudadanos. No podremos olvidar, a la hora del voto, quien vela por nuestros intereses y quienes no. Y tienen la poca vergüenza de decir que ellos son los que velan y trabajan por los canarios, serán por los de las jaulas, porque por los que deambulan por las calles tienen una forma muy peculiar de velar, rebajarles los salarios y las pensiones.