sábado, 11 de julio de 2009

A la mar


Campos de aguas azules infinitas
surcados por el soplo del gran Eolo
no los cultiva Ceres, porque solo
Poseidón los gobierna y limita

Camino de mil invisibles sendas
las naos navegan hiriendo tu seno,
mas sanas, sin necesitar galeno,
tus heridas, por espumosas vendas.

La vida procede de tus entrañas
en un parto fecundo y exuberante,
incontable es tu prole, muy abundante,
pasó de tu seno a tierras extrañas.

Leyendas fantásticas el hombre ha creado,
sirenas , monstruos horribles dominan
tus aguas, dan pánico y exterminan
al marino que sucumbe encantado.

Dulcificas la crudeza del clima,
atemperas los gélidos inviernos
y los tórridos veranos, y yermos
parajes, en paraisos combinas.

Tus orillas unen los continentes
en un abrazo amigable y cálido,
el océano es uno, amable y plácido
y te comunicas con tus corrientes.

Como bandas de ligeras palomas
Nos envías fértiles y húmedas nubes
savia vital para las altas cumbres,
plantas sedientas que con ella cubres.