sábado, 28 de mayo de 2011

A dónde estamos llegando.

"El TSJC abrió en abril un expediente contra Magán tras recibir una carta del presidente de la Audiencia de Lleida en la que informaba de las quejas presentadas por profesionales del derecho, (la Generalitat, el Ayuntamiento y la Diputación de Lleida) por algunas de sus resoluciones "no ajustadas a una correcta praxis profesional". La consejera de Justicia, Pilar Fernández Bozal, también instó a tomar medidas contra el juez.

De entre todas las resoluciones del juez la más polémica fue una interlocutoria en la que consideraba una "falta de respeto y mínima educación" que los abogados de la Generalitat utilicen la lengua catalana en los juzgados en asuntos que afecten a personas de otras comunidades. El magistrado, que tiene reconocido en su currículo como mérito sus conocimientos de catalán, utiliza el castellano para los topónimos locales y se refiere a la Generalitat como "Administración regional".

Si ser educados y respetuosos con las personas que no saben catalán, hablándole en castellano, que es el idioma que entienden, es un delito en Cataluña, es que esos señores han llegado al culmen del sin sentido, a una ceguera y falta de sentido común, que solamente es explicable, no justificable, por el fanatismo que esta gente profesa y que les impide ver las cosas con un mínimo de objetividad.

Lo que debería ser una praxis general y acertada, aquí se toma como un delito, y la falta de educación y sensibilidad hacia las personas, teñidas con el tinte del nacionalismo, es una virtud. Qué forma de desvirtuar la razón y justo proceder. Pero claro no nos podemos rasgar las vestiduras porque los padres de la patria en el senado hacen lo mismo, con el agravante de que tenemos que pagar los contribuyentes un buen elenco de intrépretes totalmente innecesarios, para darle el caprichito a unos señores cegados por su fanatismo.