lunes, 15 de octubre de 2012

Hay que priorizar

Todos sabemos que estamos viviendo unos tiempos difíciles, tiempos en los que muchos ciudadanos lo están pasando mal, y en estas circunstancias, los gobernantes tendrían que demostrar que son personas de talento y dotados de una gran sensibilidad. Yo sólo les pediría que se comportaran como buenos padres de familia.¿Es exigir demasiado?

Siempre un gobernante querrá disponer de más dinero del que dispone, eso es natural, son muchas las necesidades a cubrir y los fondos siempre son limitados, pero ante esta contingencia hay que saber priorizar, teniendo en cuenta qué cosas pueden esperar y qué cosas no. No puede esperar la subsistencia diaria de los ciudadanos, la alimentación, la vivienda, la sanidad urgente, la enseñanza, y en estas necesidades hay que gastar el dinero de los impuestos, antes que en cualquier otra cosa. Hay cosas que, aunque útiles pueden esperar, como las calles, las carreteras, los trenes, y en general las obras públicas.

El otro día leía en un medio de comunicación local, que el concejal de fiestas del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife había tenido la inoportuna idea de gastar, del dinero de los contribuyentes, no del suyo, la cantidad de 135.000 €, ( 22,5 millones de pesetas), en una pantalla gigante para el escenario del carnaval próximo. Este señor y los que le consienten tal despilfarro, no merecen estar gobernando un ayuntamiento en el que hay miles de parados y necesitados que no tienen qué llevarse a la boca y que viven de los comedores de Caritas y otras organizaciones sociales.

El pueblo, para divertirse en carnaval, no necesita de esos derroches. Estas fiestas no pueden ser excusa para el despilfarro y para el infantil y necio orgullo de unos pocos, que le dan una importancia enorme a traer personajes afamados y montar espectáculos  costosísimos. El carnaval es una fiesta del pueblo, y él tiene que ser su protagonista, con su iniciativa, con sus ocurrencias, con su buen humor, y no hay que meterle cuñas extrañas, que lo que hacen es desvirtuarlo.