"Los diputados en huelga no perderán un euro de su sueldo del Congreso. Quienes secunden la huelga general el día 29 contra la reforma laboral y se pierdan la sesión plenaria no verán recortado su salario porque la Cámara Baja no puede restar lo correpondiente a un día de trabajo, puesto que no existe una relación laboral entre la institución y sus señorías."
¿Qué le parece la florecilla?.-le pregunto a mi amigo Pepe.- Pues más que una florecilla, lo que me parece es un cardo borriquero, me contesta, con la sorna y cachaza que le caracteriza, pero con una agudeza mental envidiable.
Estos señores diputados se han dotado de tal cúmulo de privilegios, que más que vivir en una democracia europea del siglo XXI, da la sensación de vivir en la edad media. De vez en cuando me llega un correo con una generosa lista de las mercedes de las que gozan nuestros afortunados representantes, y es para avergonzarse al considerar el estatus que estos señores se han creado en su propio provecho, saltándose toda norma de honestidad y de justicia comparativa. No son servidores del pueblo, se sirven del pueblo. ¡ Cómo han falseado la democracia!
miércoles, 15 de septiembre de 2010
La voz del agua
Cantarina, por las hoces
de la cumbre vas bajando,
sin notas que te descumbran
la melodía de tu canto.
Cuerdas finas, atipladas
de riachuelos no formados,
suenan en la serranía
antes de llegar al llano.
El silencio te acompaña,
sólo el céfiro encantado
toca las cuerdas sonoras
de las copas del castaño.
Entremezcla sus silbidos
con ecos, en los barrancos,
y tu voz de grillo negro
sobresale por los prados.
Tonalidades distintas
tus registros entonaron,
al cantar en los jardines
o en las fuentes de palacio.
Si discurres por la acequia
para refrescar el campo,
tu canto cambia a susurro,
besando los blancos tallos.
Orquesta de percusión:
platillos, bombos y bajos
acompañan tu canción
cuando te inunda el enfado.
Pero si el furor domina
tu potencia, con el rayo
lanzas sonidos que aterran
y estremecen los espacios.
Vida y muerte son tus notas,
tus pentagramas sagrados,
lo mismo mecen la cuna
que se convierten en llanto.
de la cumbre vas bajando,
sin notas que te descumbran
la melodía de tu canto.
Cuerdas finas, atipladas
de riachuelos no formados,
suenan en la serranía
antes de llegar al llano.
El silencio te acompaña,
sólo el céfiro encantado
toca las cuerdas sonoras
de las copas del castaño.
Entremezcla sus silbidos
con ecos, en los barrancos,
y tu voz de grillo negro
sobresale por los prados.
Tonalidades distintas
tus registros entonaron,
al cantar en los jardines
o en las fuentes de palacio.
Si discurres por la acequia
para refrescar el campo,
tu canto cambia a susurro,
besando los blancos tallos.
Orquesta de percusión:
platillos, bombos y bajos
acompañan tu canción
cuando te inunda el enfado.
Pero si el furor domina
tu potencia, con el rayo
lanzas sonidos que aterran
y estremecen los espacios.
Vida y muerte son tus notas,
tus pentagramas sagrados,
lo mismo mecen la cuna
que se convierten en llanto.
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