He cruzado mil caminos
y seguido mil veredas
caminando por los valles
y mirando a las estrellas.
Me he encontrado en los senderos
caminantes, que de vuelta,
narraban historias tristes
de ladrones y doncellas.
Todos contaban su historia,
todos, menos una vieja
que taciturna y sombría
caminaba muy ligera.
El caballero que ufano
volvía de la contienda
mil monstruos había matado,
engrandecido se muestra.
El trampero renegrido,
bajando de la alta sierra,
cien alimañas cazadas
trasportaba en su talega.
El pastor que vigilante,
las noches no duerme, y vela,
de lobos, zorros y bichos
historias trágicas cuenta.
El errante vagabundo
sin morada ni librea,
de ladrones y de cacos
villanas historias cuenta.
Todos cuentan sus historias,
exageradas o ciertas,
inventadas o reales,
nadie callado se queda.
Poco importa que la historia
sea repulsiva o sea bella,
lo importante es que la cuentes
con donaire y agudeza.
jueves, 19 de noviembre de 2009
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