jueves, 21 de marzo de 2013

El PSOE se equivoca demasiado.

Un gran partido, como lo es el partido socialista obrero español, necesita de unos buenos dirigentes y sobre todo de un buen secretario general. Desde Felipe González, no ha tenido unos líderes estables y que tuvieran la autoridad suficiente para guiar a un partido que es clave en la política española. Y esto no es bueno ni para el partido ni para España.

Tanto Armunia como Borrel no tuvieron estabilidad al mando del partido, aunque son personas bien formadas y capaces, les falta ese carisma especial que deben tener los líderes para atraer a sus correligionarios y arrastrar a las masas. Ni uno ni otro tuvieron el apoyo suficiente por parte de su partido, y ante tales circunstancias, su paso por la secretaría general fue un período corto y de transición, y mas bien un compás de espera.

Pero donde verdaderamente el PSOE se equivocó gravemente fue en la elección de Zapatero como secretario general. El prurito de esnobismo pudo más que la sensatez. Con un  cargo tan importante no se pueden hacer pruebas, hay que buscar una persona que previamente haya demostrado su valía, en cargos inferiores que le curtan y le preparen para ocupar el cargo más importante del partido. Se apostó por la novedad, la juventud y la inexperiencia, y con estos mimbres no se podía esperar otro resultado que el que todos lamentamos hoy día.

¿Hasta qué punto tienen más fuerza, en un partido político, los intereses de las distintas facciones o grupos que lo componen, que la búsqueda honrada del bien general?. No es buen criterio aquel que induce a valorar, por encima de todo, los intereses propios, si con ello se perjudica el bien de la comunidad.

Otra gran equivocación que ha cometido el PSOE, a mi juicio, es mantener a Rubalcaba como secretario general. Este señor ha formado parte muy activa del mal gobierno de Zapatero, y está más que quemado, ha demostrado a las claras que necesita un relevo. Es un hombre que se ha eternizado en la política, y la política de vez en cuando necesita savia nueva, que no novata. Hoy, aunque tarde, parece que corren nuevos aires, dentro del partido, en este sentido de renovación. Más vale tarde que nunca. Esperamos, por el bien de todos, que acierten y encuentren una persona bien formada, honrada, trabajadora y eficiente.