domingo, 19 de noviembre de 2017

Nombres y mitos

Estamos tan acostumbrados a vivir admitiendo "Nombres y Mitos", que pasamos de largo ante una praxis totalmente irracional, y esto, en el fondo, no es otra cosa que un engaño consentido. Parece que nos cuesta ponernos a reflexionar y buscar el porqué de las cosas, es más cómodo dejarnos llevar por la corriente, aunque ésta nos perjudique y nos aborregue.
 Hay casos tan elocuentes de lo que estoy comentando, que en el fondo todos los sabemos, pero que somos reacios a oponernos a ellos. Esta circunstancia la aprovechan los espabilados para hacer su agosto: crean un mito, le ponen un nombre, que lo encumbran por encima del bien y del mal, y a cobrar, no por la calidad de lo que ofrecen, sino simplemente porque lleva ese nombre. Pagamos un objeto a precio de oro, no porque sea de este rico metal, sino porque los aprovechados han conseguido que sea de oro el mito que se han inventado. Este fenómeno se da en muchísimos  campos, sobre todo en el mundo de las artes, de los perfumes, de las prendas de vestir.... en infinidad de cosas. Si no nos dejáramos engañar, seguro que no habría tan grandes fortunas.