Ve delante, que yo seguiré tus pasos,
y aunque la noche me vele tus pisadas,
yo al alba volveré a descubrilas,
y a reanudar tus sendas deseadas.
Vuelve tu mirada alguna vez,
para ver que te sigo, aunque a distancia,
y acorta tu ligero caminar
para que yo no pierda la esperanza
de llegar a ti, aunque rendido,
y compartir contigo la mañana,
y mezclar mi mirada con la tuya,
y esperar a que regrese el alba.
Seguir juntos por paisajes ignorados,
descubriendo, de tu mano, la montaña,
deslizando nuestros pies sobre la alfombra
de mariposas blancas adornada.
Sentir tus decires en mi oído,
y resonar tu eco cuando hablas,
porque las hojas reparten para todos
la dulzura que tienen tus palabras.
Yo no necesito nada en tu presencia,
pues mi atención la tengo bien colmada,
no queda lugar para otras prendas
cuando miro tus ojos y tu cara.
jueves, 21 de febrero de 2013
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