miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Incendios y desesperanza?

Es mucha la coincidencia de que en tiempo de crisis  aumenten los incendios provocados, pues a nadie se le escapa esta circunstancia, ya que un incendio que tiene varios frentes simultáneos, no puede ser ocasional o accidental. El otro día, el incendio de Madrid tenía seis frentes.

La desesperación de esta crisis y la forma injusta de resolverla, cayendo todo su peso sobre las personas que no la provocaron y que económicamente son más débiles, explicaría alguno de los casos que comentamos. Por muy injustificado que sea este proceder, no podemos olvidar que hay situaciones en la vida en las que se nos borra hasta el menor rayo de esperanza, que nos lleva a perder el más mínimo control
de la ira que nos provoca esta situación injusta y no provocada. Cuando todos los caminos los vemos negros y sin ni siquiera un atisbo de esperanza, cuando nos levantamos todos los días sumidos en la más inhumana desesperación, somos capaces de hacer las mayores barbaridades.

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Cuánto despilfarro ha causado la mira raquítica y envidiosa de los otros tienen tal cosa, pues nosotros también, sin pararse a analizar las circunstancias existentes en unos y otros casos. Los políticos, como tiran con pólvora del rey, no van a sacrificar un puñado de votos, que es, en el fondo su primordial objetivo. Cuántas estaciones de AVE donde se cuentan con los dedos de la mano sus usuarios, cuántos aeropuertos medio fantasmas, cuántos hospitales funcionando a medio gas, cuántas universidades sin pretigio ni calidad alguna..... así podríamos seguir contando muchas más obras innecesarias.

El Sr Bermúdez, siguiendo la línea de los colegas de su partido, arma una pataleta si no le dan lo que pide, amenazando con truenos y relámpagos visionarios. Sr. Bermúdez, hay que tener un poco más de madurez y buscar razones más convincentes, para conseguir un objetivo, que apelar a que Las Palmas tiene tal cosa, pues que también nos la den a Tenerife, esos son criterios de niños chicos que no tienen fuerza ninguna. El puerto de Las Palmas sobrepasa en todo al de Tenerife, y eso no se ha logrado por arte de magia, sino con dedicación y trabajo; pues ya sabe Vd. lo que tiene que hacer. Déjese Vd. de equilibrios regalados, los equilibrios se consiguen con el trabajo y no con la limosna.