domingo, 26 de junio de 2011

Toro de lidia

Nobleza corre en tu sangre
y orgullo en tu cornamenta,
no has nacido para arar
ni tirar de las carretas.

Libre naciste en el campo
recorriendo las dehesas,
no hay quien te aprese en establo,
la sumisión no toleras.

Las encinas milenarias
al contemplar  tu entereza
te protegen con su manto
cuando el sol la tierra quema.

Y tú, a su sombra en estío,
absolves la fortaleza
que proyecta soberana
la reina de la floresta.

Tú desafías a los vientos
a la lluvia y las tormentas,
y tu mirada en la noche
se recrea con las estrellas.

Bella estampa es tu figura
soberbio, fuerte te muestras,
descendiente de los uros,
poseedor de su fiereza.

Con monturas cartujanas
formas singular pareja
del arte del rejoneo,
con valentía y con destreza.

En los ruedos y en las plazas
eres el rey de la fiesta,
peligro sienten los diestros
en sus faenas toreras.

No te rindes sin luchar,
valiente, nunca  te entregas,
no temes a los peligros,
tu vida en el ruedo dejas.

Toro bravo eres el símbolo
del íbérico que arriesga,
que lucha por conquistar
libertad sobre la tierra.