domingo, 25 de abril de 2010

Buscando el amor

Paseando en el jardín
mirando las rosas blancas,
la niña rompe a llorar
recordando su tardanza.

Con paso lento, camina,
y espera, desesperada,
porque su amor ya no viene,
y le embriaga la nostalgia.

Llegado el atardecer,
en noche de luna clara,
le pregunta a las estrellas
¿por qué su amor tanto tarda?

Las estrellas compungidas,
viendo a la niña angustiada,
no saben qué responder,
pero quieren consolarla.

No llores niña bonita
no llores niña agraciada,
que tu amor llegará pronto,
antes que despunte el alba.

A los viajeros pregunta,
cuando llega la mañana,
si en el bosque o en la mar
han visto a quien ella ama.

Todos pasan presurosos,
nadie con ella se para,
sus lágrimas no conmueven
sus entretenidas almas.

Sale al bosque y va buscando
entre morales y zarzas,
si un jirón de sus vestidos
se habrá quedado en las ramas.

Pregunta a las amapolas,
en el arroyo, a las cañas,
si alguna ha visto pasar
a su corazón del alma.

Su respuesta es el silencio,
que busque por las cañadas
una alondra le susurra,
en el manatial del agua.

Camino va de la fuente,
ya no puede con su alma,
la noche llega de nuevo,
su amor llegará mañana.

Locura maternal

Al niño que está en la cuna
los ángeles le acompañan,
las campanitas que suenan
son campanitas de plata.

La palidez de su rostro
y su boquita escarlata
parecen que están pintados
por Murillo, en su antesala.

La habitación silenciosa,
nadie se acerca a la estancia,
no hay pisadas que profanen
este templo de esperanza.

La madre mira a su niño
y entre requiebros desgrana
no palabras de su boca,
sino amor de sus entrañas.

Dejad que duerma mi niño,
que yo le cante una nana,
que la luz no le moleste,
cerrad presto las ventanas.

No hagáis ruido en el pasillo
al pasar por la mañana,
que vuestros pies se parezcan
a unas silenciosas alas.

No os acerquéis a mi niño,
dejad que duerma mi alma,
que su madre, mientras duerme,
vela su cuna dorada.

Que nadie toque su cuerpo,
que nadie toque su cara,
que mi niño está dormido,
ya despertará mañana.

En la torre de la iglesia,
¿por qué tocan las campanas?.
¿por qué suenan a "dindán"
si mi amor duerme en su cama?

La amargura de una madre,
el corazón que más ama,
pone una venda en sus ojos,
que le impide ver su drama.