Paseando en el jardín
mirando las rosas blancas,
la niña rompe a llorar
recordando su tardanza.
Con paso lento, camina,
y espera, desesperada,
porque su amor ya no viene,
y le embriaga la nostalgia.
Llegado el atardecer,
en noche de luna clara,
le pregunta a las estrellas
¿por qué su amor tanto tarda?
Las estrellas compungidas,
viendo a la niña angustiada,
no saben qué responder,
pero quieren consolarla.
No llores niña bonita
no llores niña agraciada,
que tu amor llegará pronto,
antes que despunte el alba.
A los viajeros pregunta,
cuando llega la mañana,
si en el bosque o en la mar
han visto a quien ella ama.
Todos pasan presurosos,
nadie con ella se para,
sus lágrimas no conmueven
sus entretenidas almas.
Sale al bosque y va buscando
entre morales y zarzas,
si un jirón de sus vestidos
se habrá quedado en las ramas.
Pregunta a las amapolas,
en el arroyo, a las cañas,
si alguna ha visto pasar
a su corazón del alma.
Su respuesta es el silencio,
que busque por las cañadas
una alondra le susurra,
en el manatial del agua.
Camino va de la fuente,
ya no puede con su alma,
la noche llega de nuevo,
su amor llegará mañana.
domingo, 25 de abril de 2010
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