Pozoblanco, mi pueblo natal
Sencillos pastores fueron
los que mecieron tu cuna,
cercanos al pozo viejo,
escapando de la hambruna.
De Pedroche procedían
la villa capitalina,
sus rebaños conducían,
comiendo queso y chacina.
Pastos mas agua encontraron
para abrevar su ganado,
junto al pozo se quedaron
fabricando su poblado.
Así cuenta la leyenda
los orígenes del pueblo,
ocupando aquella hacienda
porque carecía de dueño.
Sus orígenes humildes
han marcado para siempre
el carácter de su gente
sencilla y trabajadora.
El encinar es su medio,
sus casas, fuerte granito
sacado de las entrañas
de sus campos infinitos.
Sin gran riqueza ni medios,
con tesón y gran trabajo,
y con la ayuda de Dios
tienen un pueblo muy majo.
La industria y ganadería
son sus fuentes de riqueza,
su rica chacinería
nos deleita con certeza.
Su semana santa y feria
son fiestas que se celebran
echando la aparcería,
y con el pregón se cierran.
