Yo no tengo miedo a nadie,
porque el miedo es un complejo
de ignorancia y cobardía,
debilidad, poco rejo.
El fantasma que amedrenta
a la gente asustadiza,
yo lo conozco por dentro,
es un muñeco de tiza.
Pero el miedo se disfraza
de mil formas y colores,
si lo descubres un día
vuelve con tintes mejores.
Hay magos especialistas
en asustar a la gente,
han nacido esperpentos
y morirán igualmente.
Muchas veces se disfraza
de señor malhumorado,
cascarrabias y gruñón
iracundo y mal hablado.
Otras veces mete ruido
con sonidos estridentes
y pretende el muy bribón
meter pánico a la gente.
Sobre todo a las chiquitas
más delicadas y finas,
las persigue por doquier,
y no las deja tranquilas.
Fanfarrón y presumido
se cree más fuerte que nadie,
y si te encaras con él
huye por toda la calle.
Siempre el miedo es un muñeco
sin colores llamativos,
pero si lo ves por dentro
hueco está, no es un ser vivo.
¿Por qué preocuparse tanto
de un fantasma de cartón?
Cuando se acerque a tu casa
dale un solemne plantón.
martes, 5 de enero de 2010
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