Esta democracia que nos ha tocado vivir, y que tanto deseábamos antes de que llegara, está plagada de malas leyes y de lagunas, donde ni siquiera existe la ley, y por lo tanto los políticos, que ya han demostrado, que lo que les interesa es llenar sus bolsillos con el dinero del contribuyente, tienen las manos libres para colocarse sueldos de escándalo y realizar unas subidas que ningún otro trabajador puede permitirse jamás.
Ya es hora de que se haga una ley que regule los sueldos de presidentes de comunidades, de cabildos, alcaldes, concejales, consejeros y demás cargos políticos que se pagan con el dinero del pueblo. Esta ley debe estar basada en unos criterios objetivos que se puntúen y formen un baremo, que iguale los sueldos de los puestos políticos que tengan la misma categoría. Así, no se daría el caso, a todas luces injusto, que un alcalde de una gran ciudad tenga un sueldo menor que el alcalde de un pueblo, esto por poner un ejemplo, que en la realidad los hay a montones.
Poco confío en que esto se lleve a la práctica, pero los ciudadanos tenemos que velar por nuestros intereses y no permitir que el dinero de nuestros impuestos se lo lleven personajes ambiciosos, con sueldos desproporcionados con el trabajo que realizan.
lunes, 5 de abril de 2010
Amor maduro.
Sigo mirándome en ti
cuando mi tarde obscurece,
cuando ya no queda luz
que a mis ojos, fácil, llegue.
Ya no reflejan su imagen
los hombres ni las mujeres,
no la captan mis pupilas,
son sombras de atardeceres.
Ya no me levanto al alba,
ya no veo amaneceres,
los rayos por las montañas
no rompen las noches tenues.
No me despiertan los gallos
que cantan en el pesebre,
y que anuncian jubilosos
que la noche ya se muere.
Los trinos, en los almendros,
de las aves que amanecen,
son recuerdos que me quedan
cuando a ti no puedo verte.
Sólo mirándote a ti,
sintiendo tu vida alegre,
vuelvo a recobrar, de nuevo,
la ilusión que me da el verte.
Mi planta no vive sola,
simbiosis con la tuya,
para recibir la savia
que la mía ya no rezuma.
Pues ya siento que mi vida
en la tuya se prolonga,
y cada vez que te miro,
más necesito tu sombra.
cuando mi tarde obscurece,
cuando ya no queda luz
que a mis ojos, fácil, llegue.
Ya no reflejan su imagen
los hombres ni las mujeres,
no la captan mis pupilas,
son sombras de atardeceres.
Ya no me levanto al alba,
ya no veo amaneceres,
los rayos por las montañas
no rompen las noches tenues.
No me despiertan los gallos
que cantan en el pesebre,
y que anuncian jubilosos
que la noche ya se muere.
Los trinos, en los almendros,
de las aves que amanecen,
son recuerdos que me quedan
cuando a ti no puedo verte.
Sólo mirándote a ti,
sintiendo tu vida alegre,
vuelvo a recobrar, de nuevo,
la ilusión que me da el verte.
Mi planta no vive sola,
simbiosis con la tuya,
para recibir la savia
que la mía ya no rezuma.
Pues ya siento que mi vida
en la tuya se prolonga,
y cada vez que te miro,
más necesito tu sombra.
Sinceridad
Me gusta la soledad,
disponer,grato, del tiempo,
que nada me impida ver
el interior de mis sueños.
Recorrer, sin compañía,
el mundo de mis deseos,
separar lo que se infiltra
sin desear retenerlo.
Mirar de frente a mi vida,
sin excusas ni otros retos,
pasarla por el tapiz
que le dé luz a mis hechos.
Sentir, de verdad, el camino
que he recorrido, en silencio,
sin injerencias que cambien
el color de lo mal hecho.
No quiero pintar de blanco,
si gris es un sentimiento,
pero tampoco de negro
lo blanco de nacimiento.
No quiero engañarme más,
mostrando como perfecto
lo que si a la luz lo miro,
lo encuentro como imperfecto.
Manifestaré, encantado,
la verdad, sin sentimientos
de culpables inmodestias,
si lo que digo, es lo cierto.
¿No será que nos envidian
esta sociedad y pueblo
los valores que tenemos
y quieren que los callemos?....
Nadie nos marque el camino,
ni moralistas ni pueblos,
es nuestro, porque lo hacemos
con nuestra vida, viviendo.
disponer,grato, del tiempo,
que nada me impida ver
el interior de mis sueños.
Recorrer, sin compañía,
el mundo de mis deseos,
separar lo que se infiltra
sin desear retenerlo.
Mirar de frente a mi vida,
sin excusas ni otros retos,
pasarla por el tapiz
que le dé luz a mis hechos.
Sentir, de verdad, el camino
que he recorrido, en silencio,
sin injerencias que cambien
el color de lo mal hecho.
No quiero pintar de blanco,
si gris es un sentimiento,
pero tampoco de negro
lo blanco de nacimiento.
No quiero engañarme más,
mostrando como perfecto
lo que si a la luz lo miro,
lo encuentro como imperfecto.
Manifestaré, encantado,
la verdad, sin sentimientos
de culpables inmodestias,
si lo que digo, es lo cierto.
¿No será que nos envidian
esta sociedad y pueblo
los valores que tenemos
y quieren que los callemos?....
Nadie nos marque el camino,
ni moralistas ni pueblos,
es nuestro, porque lo hacemos
con nuestra vida, viviendo.
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