domingo, 13 de enero de 2013

La luz de la ciencia


No ocultes la luz que has recibido                    
por miedo al qué dirán los que te observan,
ni temas que se apague su pabilo
y te deje a obscuras y en tinieblas.

No temas que se gaste, o el olvido
aherroje su fulgor entre las nieblas,
que éstas se marcharán a su retiro
huyendo para siempre de esta Tierra.

No ha nacido la luz para morir
sin haber contagiado su sapiencia,
y dadivosa y ufana trasmitir

la vida que atesora, y a sabiendas
donar su llama, sin disminuir
la verdad portadora que conlleva..