lunes, 30 de noviembre de 2009

El caso de Diego.-P-

Gran parte de esta sociedad en que vivimos ha perdido totalmente el respeto por la persona, y lo peor del caso es que no se trata, solamente de indivíduos aislados, sino de periódicos, revistas, programas de televisión, grupos políticos...... para éstos no existe ni el derecho a la fama y al buen nombre, ni la presunción de inocencia, parecen aves de rapiña deseosas de atrapar su víctima y descuartizarla entre sus garras. A diario vemos cómo despotrican públicamente de las personas, las enjuician y las condenan, y esto sin haber mediado, previamente, la sentencia de un juez. Para esta gente, la persona no vale nada, es un objeto que sirve para llenar una página, un programa o hacer su " guerra política". Si se trata de lo que ellos llaman, y andan a la caza con un interés desaforado, primicia informativa, entonces son capaces de las cosas más inauditas.

En el triste caso de Diego, tanto prensa como radio y televisión, quizás inducidos por un error médico, no hubieran aireado la falsedad de unos hechos, si antes de la publicación, guiados por el respeto que debieran tener por las personas, hubieran esperado a que los hechos se contrastaran con el rigor que estos casos requiere. En el fondo de todo esto, lo que existe es un desprecio a la persona y una falta de sensibilidad. No existe escala de valores, una noticia un artículo por encima de todo.