En la vida, tanto a nivel personal como a cualquier otro nivel, hay ocasiones en las que hay que tomar el toro por los cuernos y no rehuir resposabilidades, no se pueden dar medias soluciones a los problemas importantes, porque eso es dejar que sigan creciendo, sin saber a dónde nos conducirán.
Los cargos temporales de instituciones y grupos son muy propensos a esperar que pase el tiempo de los que los detentan, y dejar, para el que venga detrás, las soluciones que se deberían haber tomado a su tiempo. A veces esta falta de fortaleza en las decisiones está motivada por intereses egoístas que hacen que la bola de nieve siga rodando y rodando hasta que termina por estrellarse.
En nuestra vida política, siempre que no ha habido mayoría para formar gobierno, los nacionalismos se han valido de esta circunstancia para ir arañando, poco a poco, competencias y privilegios para ir formando su pequeño reino de Taifas y envalentonándose al ver que cada día se van haciendo más fuertes ante la debilidad del gobierno central.
Pero este mal también ha llegado a algunos partidos, como el partido socialista. Los socialistas catalanes han demostrado que son tan separatistas como sus vecinos de Convergencia. Nunca han formado un núcleo homogéneo con el PSOE, siempre han estado buscando privilegios para comer aparte. Ahora han lanzado una andanada que los pondría en una situación de semi ruptura. Y todo esto está pasando porque los dirigentes nacionales, los actuales y los anteriores no han sabido plantarse y exigir el cumplimiento de las normas del partido, sin excepciones de ninguna clase. Es verdad que se han levantado voces autorizadas, en el seno socialista diciendo basta. Es mejor tomar una decisión valiente en Cataluña, y si hubiera que llegar a la ruptura, aunque sea doloroso, habría que hacerlo.
lunes, 15 de julio de 2013
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