sábado, 17 de abril de 2010

La dehesa

Dehesas de Andalucía
donde cantan las chicharras,
donde el sol, en el verano,
rayos de fuego derrama.

Bosques de encinas frondosas,
corpulentas y lozanas,
no hay huracán que consiga
doblegar tus fuertes ramas.

Cúpulas forman tus copas,
bóvedas forman tus ramas,
tus troncos son las columnas
donde esta domo descansa.

En la sombra que proyectas
la vida encuentra su casa,
y las aves amanecen
mirando por tus ventanas.

La mirada en ti se pierde
bandera de franjas claras,
verde pinta en los extremos
pardo en el centro se encarna.

Llevas el fuego prendido,
pero oculto en tus entrañas,
que sólo vuelve a nacer
cuando de vivir te cansas.

Aromas regala el viento
cuando acaricia las jaras,
y su flor blanco violeta
florece entre las cañadas.

Alcornoques se desnudan
de sus vestimentas pardas,
y muestran con galanura
la desnudez de sus ramas.

Nuevos trajes van tejiendo,
con mucha paciencia y calma,
hasta vestirse de nuevo
con elegancia ganada.

Dehesa de Andalucía
tu arboleda verde y clara
es un tesoro de vida
que con esmero tú guardas.

Mentalizar no es educar.-P-

Los que hemos dedicado toda nuestra vida a la labor de la educación y enseñanza hemos vivido muchas etapas de cambio, originadas por los distintos gobiernos que se han ido sucediendo en España y en las distintas comunidades autónomas, pero estos cambios, muchas veces han sido muy superficiales, en el fondo, solamente se trataba de cambiar alguna terminología de ciertas materias y otras veces, de recortar contenidos en las asignaturas a enseñar.

Un plan educativo, independiente, libre y abierto, que fuera un complemento eficaz a la labor de las familias, en la tarea de educar a sus hijos, esto no ha existido nunca. Se ha confundido educar con mentalizar y esta confusión, cada día, se está acrecentando más. Los distintos gobiernos tratan de mentalizar, en su ideología, mediante todos los medios a su alcance, a niños y a jóvenes que acuden a nuestros centros educativos, haciendo, unas veces, una labor de zapa encubierta contra las restantes ideologías, y otras veces una labor descarada y a plena luz. De esta forma pretenden tener ciudadanos que ideológicamente engrosen la lista de su propio grupo.

Educar es otra labor muy distinta, se trata de desarrollar, en la persona, todas las potencialidades con las que la naturaleza le ha dotado, y esta labor, por inmadurez de los niños, compete a los padres, las demás organizaciones, incluido el estado y los gobernantes tienen un papel subsidiario y complementario, facilitando y proporcionando los medios necesarios para llevar a cabo esta labor, con eficacia. Los padres, libremente, sin imposiciones, irán sembrando las mentes de sus hijos con aquellas ideas que les parezcan más idóneas.

Hoy todo el mundo lucha por mentalizar a los ciudadanos, en provecho propio, pero que pocos se preocupan de educarlos en libertad y en verdaderos valores human0s.