Dehesas de Andalucía
donde cantan las chicharras,
donde el sol, en el verano,
rayos de fuego derrama.
Bosques de encinas frondosas,
corpulentas y lozanas,
no hay huracán que consiga
doblegar tus fuertes ramas.
Cúpulas forman tus copas,
bóvedas forman tus ramas,
tus troncos son las columnas
donde esta domo descansa.
En la sombra que proyectas
la vida encuentra su casa,
y las aves amanecen
mirando por tus ventanas.
La mirada en ti se pierde
bandera de franjas claras,
verde pinta en los extremos
pardo en el centro se encarna.
Llevas el fuego prendido,
pero oculto en tus entrañas,
que sólo vuelve a nacer
cuando de vivir te cansas.
Aromas regala el viento
cuando acaricia las jaras,
y su flor blanco violeta
florece entre las cañadas.
Alcornoques se desnudan
de sus vestimentas pardas,
y muestran con galanura
la desnudez de sus ramas.
Nuevos trajes van tejiendo,
con mucha paciencia y calma,
hasta vestirse de nuevo
con elegancia ganada.
Dehesa de Andalucía
tu arboleda verde y clara
es un tesoro de vida
que con esmero tú guardas.
sábado, 17 de abril de 2010
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