sábado, 31 de octubre de 2009

Malos tiempos corren para los políticos.-P-

Vivimos en un país de picaresca, de falta de resposabilidad y espíritu de servicio, pero la palma de estas deficiencias, con los datos que nos proporcionan a diario los medios de comunicación, se la llevan los políticos. Nunca hemos sido sabedores de más casos de corrupción que en la actualidad, y esto, en gran parte, es porque los políticos hacen las leyes, pero parece ser que entienden que su cumplimiento es para el resto de ciudadanos, no para ellos.

Los padres de la patria, que deberían ser ejemplo de honestidad y ética para los demás ciudadanos, se han convertido en unos depredadores del dinero de los impuestos pagados por todos nosotros, dando un lamentable ejemplo de convivencia entre ellos, con guerras dialécticas preñadas de insultos, descalificaciones, medias verdades y mentiras. Esta situación no se puede tolerar. Señores políticos, ¿qué ejemplo le están dando a la juventud actual?. Con razón la inmensa mayoría pasa de la política.

Si pudiéramos examinar con minuciosidad el gobierno de todos los ayuntamientos de España,¿se salvarían muchos de la quema?...Y esto no lo digo con afán de ofender o sembrar dudas, sino que a diario oimos a los ciudadanos comentar y quejarse de las irregularidades cometidas por las administraciones locales.

Otro capítulo aparte merece el dinero despilfarrado por la mala gestión e ineptitud de los gobernantes, multas,indepnizaciones,juicios perdidos... Llevamos en nuestra comunidad autónoma, Canarias, una racha de dinero perdido en estos casos, que clama al cielo, sobre todo en una época de crisis como la actual.

Los ciudadanos no estamos contentos con nuestros políticos, pero es que nos lo ponen muy difícil el sentir de otra manera.

Al angel del hospital

Con la sonrisa en tus labios
y tu porte diligente
vas desgranando cariño
entre paciente y paciente.

Un bálsamo es tu palabra
que aminora la amargura
de los que sufren postrados
enfermedades sin cura.

Si apareces por la puerta
la habitación se ilumina,
tu presencia crea destellos
de bondad y de alegría.

A altas horas de la noche
ingrávida te desplazas,
atiendes a tus enfermos
con delicadeza y gracia.

Tus manos, guantes de seda,
sutiles y delicadas
acarician cuando curan
las heridas provocadas.

El dolor en tu presencia
se mitiga y sobrelleva
de modo muy diferente
que cuando muestra tu ausencia.

Nunca jamás te impacientas
cuando el enfermo se queja,
comprensiva, lo consuelas,
lo atiendes y lo serenas.

Siempre presta, diligente
dispuesta a mitigar
la soledad del paciente
que no pueden visitar.

Angel del hospital eres
estrella polar y guía
sin tí la vida aquí dentro
mucho más se sufriría.