No aprecio más en la vida
que un nuevo día que nace,
la luz, el sol y la lluvia,
el viento, salir a la calle.
No quiero conseguir metas,
ni proyectos singulares,
sólo sentir las vivencias
de mi corazón que late.
Sentir la paz y quietud
de la mañana que abre
como flor de primavera
para lucir y extasiarse.
Ver la carita de un niño
en los brazos de su madre,
sentir la brisa del mar
al obscurecer la tarde.
Tener el bosque de amigo
y acompañar a los árboles,
oír el silbo del viento
y el gorjear de las aves.
Mirar al atardecer
rosicleres en el aire,
puestas de sol que encandilan,
cuadros de belleza y arte.
Ver pasear a la gente
que transita por la calle
sin prisas, curioseando,
visitando escaparates.
Mirar el cielo estrellado
escudriñar con detalle
la maravilla estelar,
y de este mundo olvidarme.