lunes, 20 de mayo de 2013

Huérfanos de nacimiento

Parece que nos hemos propuesto una carrera por el cambio. Nos hemos mentalizado de que hay que cambiarlo todo, sin pensar que el cambio por el cambio no tiene razón de ser.El cambio inteligente debe ir unido al progreso, a la novedad que enriquece. Hay que tener un criterio sano e inteligente para discernir lo que es progreso y lo que es únicamente nuevo. A veces creemos que lo nuevo es sinónimo de bueno, de beneficioso, y no es así.

La persona es lo más sagrado que existe sobre la Tierra. No solamente hay que respetarla por sí misma, sino que también hay que respetar todo el entorno que le rodea, que le ayuda a desarrollarse, a vivir una vida digna y fructuosa.

El entorno natural de una persona que comienza su vida es la familia, en ella encontrará física y afectivamente, todo lo que necesita. Dentro de la familia natural están la madre y el padre que desarrollan cometidos distintos, dentro de la educación del hijo; éste distingue claramente estos papeles diferentes y los reconoce,  como necesarios. Cuando, por desgracia, se pierde  uno de los progenitores, queda un vacío insustituible en la vida del hijo, se ha quedado sin uno de los dos remos que le ayudarán a navegar en el mar de su existencia. El otro progenitor tendrá que remar en los dos costados de la frágil nave de su hijo, y esto no es nada fácil.

No comprendo por qué hay personas que quieren ser padres o madres en solitario, privando a sus hijos de la paternidad o maternidad, que tan necesarios son para el equilibrio afectivo y emocional de los niños. No me queda más remedio que afirmar que estas personas, al tener un hijo, piensan más en ellas mismas que en su hijo. Olvidan que los hijos no son complementos de nuestra propia vida, sino personas sustancialmente independientes y que los padres somos solamente medios para su desarrollo integral.

No se puede condenar a un niño a nacer huérfano de padre o de madre, motivados por el egoísmo de no querer compartir con otra persona la paternidad, sacrificando el derecho del recién nacido. Las leyes deberían velar por los derechos del niño, desde su nacimiento.