El trabajo es un valor
necesario para el hombre,
es medio que le permite
una vida digna y noble.
Pero a veces hay quien quiere
esclavizar a quien, libre,
se entrega, con diligencia,
a labor tan encomiable.
Su sitio tiene el trabajo
en este mundo complejo,
pero no es ningún ciclón
que absorba todo, en su empeño.
Es base para vivir
con dignidad, y sosiego,
pero medio, no es un fin,
vasallo, nunca es el dueño.
Abandonar amistades,
familia, hijos y nietos,
porque lo exige el trabajo,
es disparate completo.
No tiene tanto valor
el quehacer del marinero,
para que pierda la barca
si no la amarra en el puerto.
Las personas siempre tienen
prioridad a los objetos,
la vida está por encima
de todos los sentimientos.
Amasar una fortuna
descuidando lo primero,
es torpeza meridiana
que no lleva a nada bueno.
Trabajo sí, pero alerta,
que no domine de lleno
al hombre ni a la mujer
proclamándose su dueño.
martes, 18 de mayo de 2010
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