La historia se repite, porque los hombres, protagonistas de ella, se siguen comportando con el mismo egoismo, soberbia e insolidaridad que siempre. La tiranía de unos pocos, bajo el manto de los patriotismos, independentismos y demás parafernalias que se inventan para engañar al pueblo, sacrifican las vidas y el bienestar de sus conciudadanos, condenándolos a mal vivir, sin las cosas más necesarias. Pero los cabecillas, los jefes, esos viven muy bien en el extrajero, sin que nada les falte y esperado volver para hacerse con el poder y mandar a su antojo.
El problema del Sáhara, es un problema creado por los que quieren mandar, por los ambiciosos que son capaces de sacrificar a un pueblo para conseguir sus objetivos egoistas y altaneros. Los pueblos, lo que quieren es vivir en paz y tranquilidad, ganándose, con su trabajo, el sustento necesario de cada día.
El Frente Polisario amenaza con llevar a sus ciudadanos a una guerra. No hay guerra justa, es un crimen colectivo, la mayor tragedia voluntaria que azota a la humanidad, y¿ para qué? Para satisfacer la ambición de unos pocos. Los pueblos no ganan nada con las guerras y pierden muchísimo, a veces lo pierden todo, incluso la vida. Es muy lamentable que la generación actual no haya llegado a condenar las guerras y a erradicarlas de la faz de la Tierra, y siga admitiéndolas como acontecimientos normales. Esto es un sin sentido, ya es hora que se imponga la razón y la cordura a nivel universal.
Los que llevan a sus pueblos a la muerte y a la destrucción son mucho más criminales que los que están en las cárceles por haber cometido algún homicidio, ya que éstos los cometen a millares.
sábado, 27 de noviembre de 2010
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