No quiero mirarme en el espejo del pasado
ni contemplar vivencias que se han ido,
ni niñez inconsciente, que te marca,
ni juventud que te indica tu camino.
No quiero volver a pasar, con mano tiembla,
la hojas ya caidas por el tiempo,
para qué recordar cosas pasadas,
¿Para añorar la vida que no tengo?
Pero no me importaría nada el recordar,
si bueno, en mi memoria, es el recuerdo,
si mi ánimo presente reverdece,
aunque sólo sea un tallo de aquel cedro.
Mas no, sólo es ilusión por el deseo
de rememorar realidades que se fueron,
déjalas que descansen en la historia,
puesto que ya no volverán de nuevo.
No quiero no vivir en el presente
y llenar mi mente de recuerdos,
quiero que la vida vuelva a casa
y crisantemos recuerden a los muertos.
viernes, 3 de junio de 2011
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