sábado, 13 de julio de 2013

Hipocresía

Como hace tiempo que los principios morales duermen el sueño eterno en los legajos de la historia, ya no sabemos cuáles son las razones por las que se rigen los dirigentes de los pueblos. Pero como los ciudadanos de a pie, cada vez tenemos más conocimiento de la sociedad en la que vivimos, porque, hoy por hoy, la cultura es un plato que está al alcance de todos los bolsillos, y aunque los medios de comunicación ayudan a su señor, podemos leer entre líneas y cotejar y espulgar los hechos y enjuiciarlos.

Hoy parece que no hay más problema en España que el llamado "Caso Bálcenas", qué hipocresía y qué valerse de todo para  intentar quitarse de en medio al enemigo político. Yo ciudadano de a pie, que ni quito ni pongo rey, ni ayudo a mi señor, porque no lo tengo, soy espectador de esta astracanada política, que da por nuevo y por extraordinariamente maligno una simple escena de este bodrio escenificado a diario por políticos y sindicatos.

Que los partidos políticos y sindicatos se financian con todos los medios que tienen a su alcance, ese es el pan nuestro de cada día. Todos sabemos que reciben dinero de los bancos, de las cajas de ahorros, de los empresarios, de particulares, y esta forma de hacer era tolerada por los ciudadanos. Lo que nunca toleran es que roben el dinero de los presupuestos, aquel dinero proveniente de los impuestos, como es el caso de Los ERES de Andalucía.¿ A qué viene ahora el rasgarse las vestiduras por una cuenta más de este rosario que a diario desgranan sin el menor de los escrúpulos?

 Los ciudadanos estamos desencantados de esta clase dirigente que nos ha falseado la esencia del estado democrático. El pueblo no pinta nada, lo que reina es la ambición de poder. Un dirigente democrático debe ser un servidor del pueblo, un intérprete de su voluntad y un ejecutor eficaz de los legados que el pueblo le ha encomendado.