Guárdate la verdad, que no quiero oírla,
ni que llegue a los oídos de la vieja,
átale las alas, y ciérrale el camino,
para que los vientos no anuncien su nueva.
Que no rompan, con su descarnada historia,
las fantasías creadoras de leyendas,
que el que las escribe nunca piensa
que sus realidades no sean ciertas.
Dejad que otros mundos nazcan,
y que estos mundos paralelos, crezcan,
y que surjan nuevos personajes
con vidas imaginarias o secretas.
No rompas historias nacidas en los amores
de una madre, que orgullosa piensa,
que su vástago, es envidia de los dioses,
y llena su vida de dicha y complacencia.
Y vive de este mundo, no existente,
creado por su amor, que ciego espera,
que algún día, antes que diga adiós,
su idealizado hijo, a su casa vuelva.
Déjala que se vaya satisfecha y orgullosa,
para qué trocar sus alegrías por penas,
ni romper el mundo en que vivía,
por descubrir una verdad triste y tremenda.
sábado, 2 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)