miércoles, 27 de febrero de 2013

Pinceladas 93


  • Una sociedad que exalta a los terroristas, es una sociedad moralmente podrida.
  • Si han de castigarme, que me castigue el sabio y no el necio.
  • Si el poder no tiene todos los ases en la mano, se disfraza de demócrata.
  • No le doy el menor valor a tantísimas encuestas que los medios de comunicación formulan a diario. Las preguntas que se hacen son contestadas por la gente, sin tener ni el más remoto conocimiento del asunto.
  • Ya no me miro en el espejo, porque las imágenes pasadas ya me las se y las actuales no me gustan.
  • Como te declares enemigo de una persona o grupo, hasta sus luces te parecerán sombras.
  • No creo ni acepto ningún radicalismo, porque además de ser injustos, son falsos.
  • Hay gente con una personalidad tan pobre, que para mantenerse en pie, tienen que apoyarse en mitos radicales.
  • A veces es más cómodo caminar por los caminos que te brindan otros, que desbrozar y hacer tu propio camino.
  • Siempre he considerado de lo más injusto cuando en la balanza de una persona sólo se usa el platillo de lo negativo.
  • Existe una cierta prensa, poca escrupulosa con el buen nombre de los demás, que primero dispara y después averigua qué presa ha abatido.
  • Cuando se repite una idea o una praxis hasta la saciedad, se termina por aceptarla, sin preguntar por su veracidad o conveniencia.
  • No es bueno que en el mundo actual, tenga más fuerza la tradición que la realidad de la vida.
  • Todos los humanos perseguimos la felicidad, pero cada uno tiene su propia brújula.
  • La democracia española debe tener una salud  de hierro, porque a pesar del mal trato que recibe de los políticos, todavía está viva.
  • Los sentimientos son el lenguaje del alma.
  • El que no expresa sus sentimientos es porque tiene un alma muda.
  • La naturaleza no se rige por la lógica humana, tiene la suya propia.
  • Los hombres somos malos comerciantes, cambiamos períodos de nuestras vidas por cosas de ínfimo valor.
  • El hombre está tan apartado de la naturaleza, que se siente extraño en un bosque.