Torrentes de cauce estrecho
que desbordan la existencia,
sin timón que los gobierne
ni freno que los contenga.
Así son los sentimientos
que dominan las conciencias,
que las sacuden, con brío,
y las arrastran con fuerza.
Que pintan las realidades
con tonos negros, violetas,
blancos, rosados o azules
según la ocasión convenga.
Sentimientos encontrados,
viento y brisa en la floresta,
dulzura y crueldad emanan
de la misma fuente fresca.
Ternura y amor renacen
ante la infancia, que ruega
acogimiento y cuidado,
en esta edad indefensa.
Pero el viento huracanado
agita cuando despierta
los sentimientos malignos,
que duermen en las tinieblas.
Sentimientos que definen
bondad, malicia, soberbia,
sin saber cuando les toca
monstrar su cara por fuera.
Nuestra vida es sentimiento,
pasión que busca la meta
de equilibrios transformados
en resplandores de estrellas.
sábado, 16 de octubre de 2010
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