domingo, 4 de abril de 2010

El horno del barrio

Con haces de jaras secas,
con tomillos y romeros
calienta el horno,Vicente,
el hornero de este pueblo.

Llamaradas se desprenden,
parece un pequeño infierno,
y el fuego calienta el aire
en los meses del invierno.

Mas cuando llega el verano,
parece aún más infierno,
no hay quien se acerque a su boca,
el calor es muy intenso.

Toma Vicente la pala
de madera, y largo remo,
y los panes va metiendo
en el horno, con esmero.

Los coloca uno a uno,
situados en el centro,
y las cenizas ardientes
barre para los extremos.

Las mocitas llevan roscas
mazapanes y buñuelos,
que el panadero horneará
cuando el pan saque del fuego.

El horno huele a delicias,
a tomillo y a romero,
y sabores celestiales
desprenden los panes nuevos.

Los vende a cuatro reales
a las mujeres del pueblo,
y con él llenan sus casas
con aroma de pan tierno.

Es el sustento del día
con algún que otro alimento,
que a la familia mantiene,
y que sea por mucho tiempo.