viernes, 17 de junio de 2011

No hay sentido de estado.

Estamos viviendo unas fechas nada agradables en la historia de nuestro país, y hay que decir las cosas claras, que se entere la gente, hay que profundizar en el porqué de los acontecimientos y desenmascarar a aquellos que hacen un doble juego, a aquellos que persiguen acabar con el Estado Español, y que poco a poco van minando sus cimientos y competencias, y por otra parte guardan una fachada de ambigüedad y disimulo.

Ante la permisibidad de Zapatero, en la concesión de competencias nacionales a los separatistas, para poder conservar su poltrona oxidada, por el mal uso, éstos se frotan las manos y contentísimos con que este personaje nefasto siga en el poder, para que ellos puedan seguir chantajeándolo. No quieren que desaparezca del mapa político, están como peces en el agua, ellos temen que llegue un gobierno fuerte, esto lo detestan, al que no puedan chantajear y les frene el desgaste que poco a poco van hacienda de la España de todos y el engorde de sus Reinos de Taifas.¿Presentar una moción de cenura? Ni hablar, que dure mucho este chollo, que no sabemos si nos encontraremos con otro filón semejante.

En los dos gobiernos de Aznar, los nacionalista reaccionaron de forma muy diversa. En el primero, que no tenía mayoría absoluta para gobernar y necesitó de su apollo, sacándole todo lo que pudieron, Aznar era un buen presidente. En su segunda legislatura, como tenía mayoría absoluta y no necesitaba de sus chantajes, lo pusieron de vuelta y media, e hicieron una campaña en contra que todavía dura. Este es el comportamiento de estos señores, eres bueno si puedo chantajearte, pero si no, eres perverso.

Pero no para ahí la falta  de sentido de estado. Los dos grandes partidos P.S.O.E y P.P. también cojean del mismo pie, aunque uno más que otro. Anteponen sus ideologías e intereses a los intereses del país. Hay veces que deberían haber formado un gobierno fuerte de coalición y dejarse de tanta tontería de derechas e izquierdas, términos obsoletos y decimonónicos que no dicen nada. Los que hablan son los resultados de la gestión de gobierno.

En resumen, poco se puede esperar de una clase política carente de sentido de estado y más pendiente de sus intereses que del bien del país. Mucho tienen que aprender y cambiar para que con estas mimbres podamos contruir una buena democracia.