A mis nietos Sergio y Pablo
Pablo tiene un añito
y Sergio cuenta cuatro ,
son dos cervatillos
corriendo y saltando.
El césped de mi casa
es su pradera verde,
en ella retozan,
y en él se entretienen.
Les gustan las flores,
cogerlas y darlas,
con una sonrisa
también deshojarlas.
El agua es su imán,
regar su delicia,
las plantas al verlos
les dan su sonrisa.
Sus juegos alegres
llenan el ambiente,
sus risas sonoras,
su porte inocente.
Nueva vida irradian
por toda la casa,
brilla más con ellos,
más luz en la estancia.
Sus medias palabras,
bella melodía,
con gracia y salero,
a todos cautivan.
sábado, 3 de octubre de 2009
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