Los españoles de a pie, aquellos que no vivimos directa ni indirectamente de la política, estamos decepcionados con los espectáculos, que a diario, nos ofrecen los políticos. Su denominador común es la ambición, la posesión del poder absoluto, para disponer, a su antojo, de los bienes y las personas, sin que haya nadie que los pueda controlar.
Esta ambición personal la quieren disfrazar de patriotismo autonómico y se arrogan la representación y voluntad de un pueblo que no comulga con sus ambiciones. Pongo por ejemplo la campaña orquestada con el estatuto de Cataluña, estatuto que fue aprobado, a pesar de que a la mayoría de los catalanes no les importaba para nada, ya que ni siquiera fueron a votar.
Señores políticos, no quieran engañarnos, como cuando España era un país de analfabetos, hoy las cosas han cambiado. A los españoles, de todas las autonomías, lo que nos interesa es vivir en paz, con un puesto de trabajo que nos permita atender a nuestras necesidades y las de nuestros hijos. Que las instituciones y servicios públicos, pagados con nuestros impuestos , funcionen y que la corrupción, tan generalizada hoy día, desaparezca de la vida pública. Lo demás, entiéndanlo bien, nos trae sin cuidado. Vuestras luchas por el poder, el querer volver a los reinos de taifas para que tengáis vuestro reino particular y absoluto, esto ya pasó a la historia hace muchos siglos.
No digan que la persecución de sus ambiciones la hacen en nombre de los pueblos, a los que deben gobernar, para darle fuerza a sus argumentos, no, la ambición es suya y solamente suya, no del pueblo.
jueves, 26 de noviembre de 2009
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