- Los revolucionarios han servido para hacer la revolución, pero no para encauzar al pueblo al día siguiente.
- La historia de la humanidad ha sido una constante, en la que la mayoría trata de liberarse de la minoría.
- La felicidad no es ningún premio gordo, es la suma de muchas pedreas.
- Mientras más sabemos más ignoramos.
- Cada conocimiento es una puerta abierta a nuevos conocimientos.
- El que se cree que lo sabe todo es porque tiene cerradas todas las ventanas de su inteligencia.
- Dar una falsa solución a un problema es poner un muro en el camino de su resolución.
- Aunque no seamos soles, no infravaloremos la luz de la vela con la que podemos contribuir a que el mundo tenga menos tinieblas.
- No existen leyes más injustas que aquellas que velan por el derecho a la propiedad de los que amontonan riquezas sin límites.
- No podemos imponer nuestras leyes a la naturaleza, la naturaleza tiene sus leyes propias.
- No admitas tintes negros en el cuadro de tu vida, sustitúyelos por el colorido del arco de la alegría.
- Los odios y resentimientos van secando, poco a poco, el árbol de la vida.
- Nunca siembres campo ajeno con malas semillas, el viento te las devolverá multiplicadas a tu propio campo.
- No hay que tener miedo por cercenar las ramas que le impiden al árbol recibir la luz necesaria.
- Siempre que observo una abeja le agradezco los postres de mi mesa.
- Si en la vida abriéramos la cámara del agradecimiento, estaríamos todo el día captando imágenes.
- La esperanza es un bonito cofre, pero que siempre está vacío.
- El crepúsculo de la mañana se viste con capa blanca, y el del atardecer obscura tiene la capa.
- No se cómo armonizar mi mente treintañera y mi cuerpo septuagenario.
- Se ha mitificado tanto el concepto de verdad, que se ignora su verdadero significado.
sábado, 16 de julio de 2011
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