A veces, vemos conductas tan radicales, que nos preguntamos: y ¿ esto por qué?.- Si analizamos al personaje o personajes de estos comportamientos, veremos que han sido educados en un radicalismo extremo, o bien ellos se han puesto por meta un modelo radical, que según su convencimiento, es la forma que más le llena su vida.
Pero analicemos un poco. ¿Qué es el radicalismo?.-¿ Por que existe?.- El radicalismo es la supervaloración personal de una idea, conducta, forma de ser o de hacer, con el desprecio e infravaloración, por consiguiente, de todo el resto de cosas. Esta supervaloración no es racional ni objetiva ni inteligente, no se obtiene de una reflexión comparativa entre las diversas opciones, simplemente, se crea y se practica, muchas veces o casi siempre,como trampolín para conseguir sujetos dispuestos a defender las ideas o las organizaciones hasta límites irracionales y perversos. Se inculca en la educación como un "supervalor", aquello que en realidad, es una antitesis de todo valor ético.
El peligro del radicalismo es que es aprovechado para realizar acciones violentas, engañando al que las comete con satisfacciones futuras supraterrenales, como sucede con los jóvenes que fanatizan los terroristas islámicos para cometer toda clase de atentados. El radicalismo es un empobrecimiento de la mente humana.
Otra clase de radicalismo es el fanatismo religioso, que considera su religión como la única verdadera, excluyendo a las demás y negándoles el derecho a la existencia, porque son falsas,y el error es un mal que hay que evitar a toda costa. Pero dentro de las religiones más moderadas, también nos encontramos con ciertos practicantes, que llevan hasta el extremo ciertas creencias o prácticas, cayendo en un radicalismo esteril que solamente conduce a la insatisfacción moral, una vez descubierta la falta de enjundia ética, sobre la que se sustenta.
La juventud es una etapa de la vida muy propensa a caer en un radicalismo más o menos acentuado. Los dirigentes de los grupos sociales o religiosos lo saben muy bien y aprovechan esta fuerza juvenil para implicarla en acciones, que en una etapa más madura de la vida no aceptarían. Una personalidad madura dificilmente cae en el radicalismo, al hacer un análisis de las ideas y de los hechos, encontrará que no hay razón para la sobrevaloración, que las cosas se pueden hacer de muchas maneras, que hay muchos caminos para llegar a buen término y muchas ventanas por donde entre la luz que necesitamos para no tropezar y caer. La misma luz tiene un variado espectro que nos permite alumbrarnos con las tonalidades adecuadas a cada situación.
domingo, 10 de mayo de 2009
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Excelente
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