martes, 30 de junio de 2009

Los homenajes, en vida.

Con más frecuencia de lo que me gustaría, aparecen en los medios de comunicación, la noticia de que se le ha hecho, o se le va a hacer un homenaje póstumo a tal o cual personaje, ya fallecido. Esta costumbre es una incongruencia, ¿a quién se le quiere hacer el homenaje, si ya ha fallecido?.- El protagonista del agasajo, ya no está, qué sentido tiene esto. Los homenajes hay que hacerlos, en vida de las personas merecedoras de tales eventos.

¿No será que se sienten culpables de no haber reconocido los méritos del homenajeado, en su día, y ahora quieren poner un parche, para justificar su falta de sensibilidad y decisión que no tomaron cuando debían hacerlo?

A veces para justificar lo injustificable, se argumenta, que lo hacen para satisfacer a los familiares.Pero ¿quien es el merecedor de este acto de distinción?.- Los familiares no han cosechado mérito alguno, luego no son merecedores de ningún homenaje.

Otras veces se hacen celebraciones para los vivos, para satisfacer el orgullo, la vanidad, para presumir de un personaje con el que no hemos tenido relación alguna, pero que nos sirve de motivo para montarnos una fiestecita.

¿ Homenajes ? Todos los merecidos , pero en vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario