No se contar las vivencias que siento
cuando analizo, en silencio, los momentos de mi vida.
Mas que una persona, soy un habitáculo,
donde muchos y diversos personajes habitan.
Cada uno representa su papel en esta comedia,
según el traje que viste y las palabras que expresa.
Pero por muchos disfraces que use en esta fiesta,
todos, pronto, adivinan que la máscara es de tela.
De esta mansión aparente nacen cien mil personajes,
cada día, cada hora, cambian ufanos sus trajes.
Raíces de un mismo árbol, injertos insospechados
que brotan flores diversas de un mismo tronco ajado.
Ángeles y demonios, samaritanos y santos,
asesinos y ladrones y personajes nefastos.
¿A cuántos de estos personajes interpretamos en vida?
Un poco de cada uno guardamos en nuestra mochila.
lunes, 4 de enero de 2010
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