Cuando miro para atrás,
mi vida veo en un espejo,
presiento que fue real
aunque parece un reflejo.
Los años no tienen luz,
sólo yo la noche cuento,
que me embarga, sin sentir
la claridad que yo anhelo.
El pasado, ya pasó,
el futuro, es venidero,
el presente es muy fugaz.
¿De qué vida disponemos?
Somos puro devenir
con efímeros recuerdos,
de sensaciones tenidas,
que se borran con los tiempos.
No tenemos más mansión
que los caminos que hacemos,
nuestra morada es posada
de peregrino perpetuo.
Cuántas sendas ya olvidadas,
cuántos atajos secretos,
cuántos anhelos vacíos
pensando que estaban llenos.
Cuántas estrellas fugaces
atravesando los cielos,
cuando solamente son
meteoritos muy pequeños.
Miro hacia atrás, sólo veo
estelas de mis recuerdos,
todo ha pasado veloz
ya solo nostalgia tengo.
Pero no quiero caer
en estéril desaliento,
he sembrado muchos campos
que ya observo floreciendo.
Mentes que reciben luz,
vidas que brotan de nuevo,
cuando miro atrás, con calma,
también las veo en el espejo.
jueves, 20 de mayo de 2010
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