Cuando el dios Morfeo no viene
y la noche está en silencio,
sin nada que me distraiga
el sentir del pensamiento,
penetro en la honda cueva
de mi pasado secreto,
escudriñando rincones
con la luz de mis deseos.
Remuevo tiempos pasados,
proyectos que nunca fueron
realidades en mi vida,
y que se los llevó el viento.
Disyuntivas no acertadas,
caminos, que luego fueron
sendas perdidas, que errante,
a la nada me indujeron.
Metas que creía cercanas,
espejismos de desiertos,
que cuando más me acercaba
se disipaba mi sueño.
Tiempo perdido en quimeras,
en extraños pensamientos,
en formas de vida, extrañas,
para comenzar de nuevo.
He despolvado las crónicas
de hechos que descubrieron
cómo marcan las ideas
que en tu niñez te impusieron.
No tienes otros caminos,
no tienes otros senderos,
hasta que la luz te indica
cuáles son los verdaderos.
Ropajes que te tapaban
tus más nobles sentimientos,
mientras extrañas ideas
llenaban tu pensamiento.
Toda esta historia pasó,
archivada en el recuerdo,
sus legajos permanecen
en la cueva de mi tiempo.
domingo, 25 de julio de 2010
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