Todos estamos inmersos en esta tremenda crisis a la que nos han llevado la avaricia de unos y el mirar para otro lado de otros. Los pensionistas vemos cómo la cuantía de nuestras pensiones se ha depauperado en un 2,3% , los funcionarios han sufrido más, ya que a la rebaja de su sueldo en varios puntos, según su categoría,se le suma también la pérdida del 2,3% de la inflacción. Fuera de estos dos colectivos, a los demás no se les ha tocado para nada sus sueldos, ni tenemos noticia de que le hayan congelado.
Cada día me convenzo, que a pesar de los años, todavía me queda bastante de crédulo. Yo creía que en una democracia, lay ley era igual para todos, y que si había que arrimar el hombro, ante una emergencia, todos éramos costaleros, pero no, hay quien carga el santo y quien se pasea con la vara en la mano.
Antes de detraer dinero de lo necesario, hay pensiones muy bajas y sueldos de funcionarios muy pequeños,(iba a decir habría, pero no, diré hay), hay que sacarlo de los inmensos gastos innecesarios que las admisnistraciones públicas hacen, pero esto se está haciendo a cuenta gotas, algo se está ahorrando, pero los grandes gastos y las grandes estructuras innecesarias siguen en pie, a éstas no se les ha tocado para nada.
Lo peor del caso es que a pesar del sacrificio exigido y los nuevos impuestos,la solución a la parte más importante de la crisis, que es el desempleo, no aparece por ningún lado. El paro sigue en aumento y el fruto de nuestro sacrificio se lo ha llevado el saneamiento de la banca. Esperábamos que ésta, una vez saneada, sirviera de motor financiero de las empresas, sobre todo de las pymes, pero no, los créditos que creen puestos de trabajo no afloran en el mercado laboral, y sin financiación esto no se arregla.
Con las últimas medidas tomadas por el gobierno, empresarios y sindicatos y que con tanta euforia las han aprobado, estamos a la espera de sus resultados. Ya no valen reuniones ni palabras ni promesas, estamos esperando resultados positivos, y ningún resultado es más positivo que la creación de nuevos puestos de trabajo y la disminución del paro. Las palabras ya no nos engañan a nadie.
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