- Algunos se contentan con no tener más amigos que los que ven en el espejo.
- El que no comparte su alegría tampoco podrá compartir su tristeza.
- No camines por el borde de la calzada, es muy fácil dar un traspié.
- Las decisiones no se pueden tomar con la rapidez con que el pez muerde el anzuelo.
- Las palabras no son culpables, son solamente un vehículo de las ideas.
- Es muy lamentable que cuando se aprende a vivir se termine la vida.
- Los grandes templos no se han hecho pensando en Dios, sino en los hombres.
- No hay espectáculo más maravilloso que contemplar, en verano, el cielo tachonado de estrellas.
- El hombre moderno recibe, todos los días, tal cúmulo de sensaciones, que poco a poco va perdiendo su capacidad de admiración.
- No se puede disimular la soberbia de querer estar por encima de los demás, justificándolo con ideas religiosas.
- Si la humanidad empleara el dinero que destina a la destrucción, a la creación, la Tierra sería un paraiso.
- No seremos seres auténticamente racionales, mientras no cambiemos la desconfianza y el espíritu defensivo, por la confianza y el entendimiento.
- En el Vaticano no encuentro por ningún lado el pesebre y la casita de Nazaret.
- He visitado el Vaticano y Versalles, y no he encontrado diferencias significativas entre ellos.
- Hoy día, la mentira ha pasado a tener carta de naturaleza en la vida política y social.
- Es una bofetada a los pobres los gastos suntuosos del baño de multitudes de la cúpula de la iglesia católica.
- Es difícil disfrazar la mentira de verdad, no se ha encontrado todavía un maquillaje adecuado para hacerlo.
- No conocemos todavía el cuerpo humano, y hay arrogantes que creen conocer la vida trascendente.
- La vida de un pueblo está hecha de costumbres y prácticas heredadas de los atepasados, lo que no quiere decir que sea la mejor forma de vivir.
- Nunca he entendido el sentido de la propiedad que rige en el mundo.
jueves, 4 de agosto de 2011
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