- La verdadera libertad consiste en poder recorrer tus propios caminos, sin que te veas obligado a seguir las sendas que han trazado otros.
- El hombre, que piensa con honestidad, no ve la razón ni de la costumbre ni de la tradición.
- No es moral imponerle a otros nuestra forma de vida.
- Dos libertades que coinciden son dos alas que te hacen remontar el vuelo en compañía.
- Por desgracia, a veces, pesa más la comodidad que la libertad.
- Si quieres que tu vida sea un infierno, deja que te la dirija el orgullo.
- Sin las mujeres, la vida sería muy aburrida, no tendríamos con quien pelear.
- El voto tiene que salir de la inteligencia y no de las vísceras.
- Cada ley es un hilo que teje la red que apresa tu libertad.
- Un sistema universitario que se contenta con aprobar un examen y no con formar para la vida profesional, es un auténtico fraude.
- Tener que aprender de memoria aquello que puedo consultar en un libro, es un acto de irracionalidad.
- Los aviones han hecho la Tierra más pequeña.
- Una sociedad no puede ser feliz, si lo sacrifica todo al dinero.
- La pirámide de la felicidad tiene la base en cada una de las personas, pero la altura depende de los demás.
- Cada monumento grandioso que contemplo suscita en mi una doble sensación: placer por la belleza de lo contemplado, y tristeza por el derroche social cometido.
- Si la ley no sirve al bien común, sino que se convierte en instrumento represor del poder, deja de ser ley y pasa a ser injusticia disfrazada.
- No me gustan las cuotas de hombres y mujeres en los gobiernos, hay que poner a los mejores, pues en la calidad no interviene el sexo.
- A los ciudadanos nos importa poco el juicio de intenciones, y sí mucho el juicio de realidades.
- El nacionalismo egoísta e insolidario debería estar fuera de la vida pública.
- La incultura ve fantasmas hasta a las doce del día.
lunes, 14 de noviembre de 2011
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