sábado, 28 de abril de 2012

La moral y el derecho del vencedor

La vida y el pensamiento del hombre está inmerso en el más insensato de los relativismos. No se juzga por códigos éticos sino por la situación de vencedor o de vencido. Los comportamientos de los vencedores y sus acciones de guerra, todos son lícitos, aunque hayan cometido los más execrables crímenes. Repasemos la historia y veremos que los grandes juicios solamente se les hacen a los perdedores. Si la segunda guerra mundial la hubiera ganado Alemania, los banquillos de Núremberg estarían ocupados por los aliados y el estrado de los jueces por los nazis. ¿Cabe más relativismo injusto? No se juzga el crimen ni a los criminales, sino a los vencidos. Los criminales vencedores son los héroes, los valientes, a los que hay que admirar y levantarles monumentos, los criminales vencidos son los reos, los malvados, a quienes hay que juzgar y condenar.

Cuentan los que vivieron con el Che Guevara, este personaje tan ensalzado por la izquierda radical, que para él, en sus múltiples acciones de guerra, no existían los prisioneros, los masacraba a sangre fría, ya se tratara de hombres, mujeres o niños. A este personaje se le encumbró y se le mitificó, creando de él una especie de héroe libertador, cuando era un auténtico criminal de guerra.

¿Dónde y cuando se han juzgado los terribles crímenes del comunismo?¿Se han juzgado a los responsables de la matanza de Katyn? Es una vergüenza para la humanidad que crímenes tan execrables queden impunes y que aquellas ideologías y militantes que los cometieron, no solamente no los reconozcan, sino que se sientan moralmente capacitados para condenar a otros, por hechos que, aunque también condenables,  no serían comparables con los que ellos cometieron.

Hoy por desgracia no se impone la justicia y la verdad sino el poder, el que detecta el poder es intocable. Es una de las explicaciones por las que los políticos, esa casta maligna que trata de envenenar a los pueblos, se pelea, y son capaces de cualquier cosa, por conseguirlo.

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