Te vistes con traje negro
de viuda desconsolada,
demacradas tus facciones,
y tristeza en tus entrañas.
Compañera de la noche,
de las tinieblas hermana,
y la maldad te secuestra
para ocultar su mal alma.
Todos te echan la culpa
de sus males y desgracias
y te quieren prisionera
en mazmorras aherrojada.
Las flores cierran sus ojos
si tu presencia reparan,
buscan la luz, tu enemiga,
para lucir su semblanza.
Cuando Bóreas domina
esta Tierra congelada,
posada de las escarchas
te nombra, desconsolada.
Pero si Helios, furioso,
sus ardientes rayos manda,
tu dulcificas su fuego
con tu vestido de grana.
No debes tener envidia
de las tardes soleadas,
porque en la noche de ensueño
tu reinas como gran dama.
miércoles, 18 de julio de 2012
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