He visitado tus lares
vieja Europa, milenaria,
viendo tu historia añorada
tus alegrías y desgracias.
He visitado tu cuna
de helénicas ruinas preñada,
centinelas de granito
guardan tu gloria pasada.
Las moradas de tus dioses
se encuentran deshabitadas
y sus dinteles de gloria
no cantan tus alabanzas.
Ni el Partenón de Atenea,
aquel de las piedras albas,
ha resistido a los tiempos
ni tampoco a las batallas.
Sólo vestigios de gloria
queda en tu memoria clara,
y el sello de tu grandeza
en tus ruinas milenarias.
El Odeón ya no escucha
las cítaras ni las arpas,
ni los ecos de las voces
resuenan entre sus gradas.
Ni el teatro de Dioniso
lo visitan ya las máscaras,
ni las tragedias de Esquilo
impresionan ya a las masas.
Todo es historia pretérita,
pues tu esplendor ya se apaga,
sólo tus piedras reposan
sin vida y sin esperanza.
Pero tu espíritu vivo
y tu sapiencia probada
emigran a otros pueblos
para formar nuevas patrias.
jueves, 30 de agosto de 2012
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